
Nuestro Fundador
Dr. Gregorio Pimentel Díaz (Goyito)
Nace en Bani el 1/2/1916. Realizando sus estudios primarios y secundarios en Baní, graduado de Dr. En Farmacia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Llegando a poseer su propia farmacia, la muy renombrada “Farmacia Amistad”.
Familia
Tuvo 8 hijos, en 2 camadas con la Sra. Julia Noruega procreó a Beata Umencinda y Manuel de Jesús. Con la Sra. Lilian Mejía Ortiz engendró a Cristian, Lilian, Cecilia, Auristela, Laura y ángel Pimentel quien ha sido presidente de la Asociación de Dueños de Farmacias de la Provincia Peravia.
Una calle para Goyito
Alberto Guerrero dice que: “Goyito merece una calle con su nombre. Los pueblos y grande ciudades estilan asignar sus calles, plazas y parques con nombres, por ejemplo, de días patrios y notables batallas que se hayan registrado como decisivas en determinados momentos en el devenir histórico, destacándose en esas honras a los forjadores de nacionalidades y de quienes hasta han ofrendado sus vidas por libertad, pero igualmente se ocupan de reconocer de esta manera a los del lar nativo o regional, o bien a un hijo o hija de una comarca que de una manera u otra, y en el área que sea, haya aportado algo positivo antes de partir de entre los vivos. En esto Baní no es la excepción, y tenemos las calles presidente Billini, Manuel de Regla Mota, Máximo Gómez, Eladio Victoria, el parque Marcos A. Cabral, Padre Billini, y otros tantos nombres que sería prolijo mencionar. En tiempo más reciente, y hablo de dos o tres décadas, dado el vertiginoso crecimiento de Baní, ésta expansión urbana ha creado muchos barrios, y es loable que nuestras autoridades edilicias se hayan ocupado de asignarle a esas nuevas vías nombres de destacados y meritorios banilejos, entre los que están Huáscar Tejeda Pimentel, profesor Ricardo Guerrero, María Carlita, Colin, el Dr. Crespo, Eduardo Cintrón y un sin número más que por el momento no recuerdo. Sin embargo, creo que en estos reconocimientos que Baní ha realizado a sus notorios munícipes, se ha pasado por alto alguien a quien considero amerita una honra de parte de nuestro ayuntamiento, y me refiero al Dr. Gregorio Pimentel Díaz (Goyito)”.
“Digo que merece Goyito ésta distinción, no porque logró él un doctorado en farmacia siendo de origen muy pobre, no porque ya graduado y con una farmacia establecida le fiaba a medio pueblo, no porque fue padre y esposo ejemplar, no porque a sus familiares ayudó notablemente por diferentes vías y maneras; igualmente no porque era en su farmacia que los muchachos del barrio íbamos a leer el Listín Diario que él recibía diariamente, tampoco porque era su teléfono, al que algunos llamábamos el teléfono público del barrio, y el que usábamos para realizar ciertas llamadas, pero también era `pública` la televisión blanco y negro que en esa farmacia había. No porque en ésa figura de baja estatura, de lento caminar, de lenta y queda voz había un hombre culto, desprendido, humilde y emprendedor. Estas cosas y virtudes que poseía Goyito, por si solas, no necesariamente lo hacen merecedor del reconocimiento a que me refiero, pero sí por un hecho que a mi entender merece mencionarse y destacarse públicamente: fue Goyito la primera persona que creó una biblioteca barrial en Baní ha mediado de 1965, recuerdo”.
Biblioteca
Sigue diciendo Alberto Guerrero. “Goyito habilitó una parte de la entonces casa que había donde hoy está la casa en que vivió sus últimos años junto a su familia, y eran asiduos visitantes de esa biblioteca Diomedes Moreta, Francis Pol, Chuchú Herrera, Berenice Mejía, Manuel Pimentel, mi hermano Lérido (Santico), Niño Mariñez, Rubén Díaz, Alexander Suazo, Julián Zapata y Bertinio Lara, entre otros. Ésta biblioteca se llamaba José María Puello y recuerdo claramente el nombre afuera del local debidamente colocado en un marco finamente elaborado con fondo azul y letras blanca. La misma era atendida por Marina Pimentel, sobrina de Goyito, mayormente después de ella haber ido a la escuela por la mañana. De manera pues, que de ser acertada mi observación, debemos buscar la forma de instar a las autoridades municipales para que en un futuro no lejano, una de nuestra calles lleve el nombre de Gregorio Pimentel Díaz”.
“La biblioteca se llamaba Rafael María Puello, nombre que escogió Goyito para ponerle a la biblioteca, fue un notable, respetable, muy leído, culto e intelectual, y que fue notario y Secretario Municipal. También fue él abuelo de las bien conocidas profesoras Adriana y Ramona Puello”.
Muerte
Falleció el día 29 de agosto del 1986.
Tomando el mando de la farmacia su señora Esposa desde el 1980.
